lunes, 22 de septiembre de 2014

Un iceberg de oro. Capítulo 5: Tic, tac, enterremos el pasado... Tic, tac, avancemos otro paso.

Esa mañana, una ojiazul se despertó desconcertada. No recordaba haberse acostado, y menos en la cama en la que dormía el rubio molesto. Estaba francamente asustada por lo que pudiese haber pasado la noche anterior. La única razón que se le ocurría para lo que había pasado era que el maldito de Edward la había llevado a la cama. Y si eso era lo que había pasado, se sentiría PA-TÉ-TI-CA.
Se levantó y salió del cuarto. Pasó por el salón y se encontró a Edward durmiendo en el sofá. Pensó en despertarle de mala manera, pero eso ya era demasiado cruel.
-Edward...- le llamó en voz baja, intentando despertarle para mandarle a dormir a la cama. Pero el rubio no le hizo ni caso.-Edward.- aumentó el volumen de su llamado. Pero el chico tampoco reaccionó.
-¡EDWARD!- terminó por gritarle, perdiendo la paciencia. El pobre saltó del susto y se cayó del sofá. Desconcertado, miró a su alrededor.-Ve a dormir a la cama.
-¿Qué?- preguntó desorientado.
-Que vallas a dormir a tu cama.
El rubio espabiló un poco.
-Ya estoy despierto.
-No me digas, no tenía ni idea.- le respondió la ojiazul irónicamente. El chico de mirada dorada se preparó para contestarle una bordería, pero recordó los hechos acontecidos la noche anterior y decidió cerrar la boca.
-Ve a seguir durmiendo a la cama, que seguro que has descansado fatal.
-¿Te preocupa cómo he dormido?- se sorprendió el chico.
-En realidad, no. Pero si ya eres irritante durmiendo bien, no quiero ni imaginarme lo insufrible que serás sin dormir.- la chica puso una bien actuada expresión de horror.
-Ja. Ja. Muy graciosa. Que sepas que te he dejado dormir en mi cama.
-Técnicamente es mía.
-¡Contigo no se puede ser un caballero!- se quejó el rubio haciendo un mohín.
La chica sonrió divertida.
-Será porque no me van los caballeros.
-O porque eres la bruja mala del cuento.- el chico hizo gestos como de bruja.-Aunque eres guapa, no pareces una bruja.
-Son mis súper pociones de camuflaje.
-Estoy seguro de que en realidad tienes 1678 años.
-Uishh por qué poco aciertas, héroe.- rió con sarcasmo.
-Elyon... ¿Vendrás a Ciudad Central conmigo?- le preguntó el chico.
-No lo sé.
-Vamos, El.- le pidió juntando las manos y haciendo un adorable puchero.
La morena le miró con gran sorpresa.
-¿Cómo me has llamado?
El rubio se sonrojó un poco.
-El... Pensé que podría llamarte así... ¿Te molesta?- le preguntó algo preocupado. Ella estaba a punto de decirle que si, pero era agradable escuchar que alguien la llamase así de nuevo.
-No, no me importa.- le contestó con naturalidad.
-Tú puedes llamarme Ed.
-Prefiero llamarte héroe. Es casi como una tradición.- le dijo la chica con tono burlón.
-No me gusta si lo dices burlándote de mi.
-¿Es que acaso alguna vez he dejado de hacerlo?- rió la chica. Le hacía mucha gracia la cara de Edward cuando se burlaba de él.
-¡Elyon!- le reprochó.
-En serio, que no entiendo por qué quieres ser mi amigo.
-Eres... Interesante.
-No serás un acosador de esos que van de buenos y luego terminan violándote y asesinándote en la bañera.- la morena le miró con muy bien fingida desconfianza.
-Solo el tiempo lo dirá.
-No intentes meterme miedo. Por desgracia parece que soy indestructible.- la chica de ojos azules frunció el ceño.
-Pues a mi no me parece precisamente una desgracia.- le contestó el rubio con una media sonrisa.
-Lo es si no quieres seguir viviendo.
-Si deseases vivir seguro que no tendrías ese problema.
-Cállate, Edward.
-Cállate, Elyon.
-Me desesperas, rubio tonto.
-Eh, eso es discriminación, morena guapa.
-Edward, me da que eso de insultar no se te da demasiado bien.- se burló la chica.
-¿Y quién dice que deseaba insultarte?- le guiñó un ojo.
-Ten cuidado, la última persona que decidió cortejarme terminó de sopa.- le avisó lanzándole una mala mirada.
-Hala! Que creída. ¿Y si no estaba cortejándote?
-Al menos te han quedado las cosas claras, ¿No? Pues eso.
El rubio rió.
-Eres muy divertida.
-Eso es por que te ríes de mi.- ella hizo una mueca.
-¿Y cómo lo sabes?
-Por que yo lo sé todo.
-¿Ah, si?- el rubio apoyó su barbilla en su mano, esperando.
-Si.
-Dime algo que nadie más sepa de mi.- le preguntó y ella sonrió sombríamente.
-No te gusta estar sin tu hermano.
La expresión del rubio no tenía precio. Su sorpresa llegaba a límites insospechados.
-¿Cómo lo sabes?
Ella ignoró la pregunta.
-Piensas que debes cuidar de él, pero el chico ya es mayor para cuidar de si mismo. Déjalo vivir.- le recomendó la chica con un brillo en sus azules ojos.
¿-En qué te basas para decir eso?- le cuestionó el chico clavando sus orbes doradas en los ojos de Elyon.
-Solo lo sé. ¿Soy omnipotente?- dijo insegura.
-¿Y a mi me lo preguntas?- el chico puso cara de "Qué me estas contando?".
-Silencio, voy a desayunar.- le informó y fue a coger una manzana roja de la cocina.
El rubio la siguió y también cogió una manzana, esta vez, verde.
-Por favor, ven conmigo a Central.- le pidió de nuevo el chico con una mirada de súplica.
-¿Tú te llevas comisión o qué?- la morena estaba cansada de la insistencia del muchacho.
-No, solo quiero que vengas conmigo. Eres una increíble Alquimista, tienes un puesto seguro en el cuartel general. Tendrías trabajo, amigos y lugar donde vivir. Es una apuesta segura.
-Puedo vivir de la caza y no necesito amigos. Y bueno, como ves, tengo una casa.- le respondió.
-Vamos, Elyon. Solo un mes. Ven un mes y si no te convence vuelves y dejo de molestarte para siempre.- le ofreció.
-Tú y yo sabemos perfectamente que eso no pasará.
-Verdad. Por que te quedarás allí.- le dijo el rubio con una sonrisa segura.
-No te hagas ilusiones, no valla a ser que yo no sea como piensas.- le respondió.
-¿Entonces debo... Cambiar de táctica?-Simplemente no planees nada.- le recomendó.
-¿Y cómo conseguiré convencerte?- preguntó el chico.
-Ya lo has hecho.
-¿En serio?- Edward se sitió esperanzado.
-No, pero quiero que me dejes en paz.- la morena sonrió.
-¡Joder, estoy harto de que te rías de mi!- se quejó el rubio.
-Tranquilo, terminarás acostumbrándote.- sonrió radiantemente.
-Elyon...
-Edward. Voy a ser muy clara. No sé qué motivaciones tendrás para querer tocarme las narices con que valla a la capital, pero no pienso dejar este sitio. Es mi hogar.
El rubio le dedicó una mirada entristecida.
-Tan solo me caes bien. Quiero ser tu amigo. Además... Si sigues aferrándote a este lugar solo conseguirás estancarte.
-¿Estás insinuando que la respuesta es huir?- la chica enarcó una ceja, con el sarcasmo impreso en su expresión.
-No. Pero no ganas nada quedándote aquí sola por toda la eternidad.
-¿Y no te has parado a pensar que a lo mejor eso es lo que quiero? ¿Que soy feliz así?
El rubio se vio obligado a ponerse serio.
-Si fueses feliz no hubieses intentado suicidarte.
Ella apretó los labios, callándose todas las cosas que tenía ganas de gritarle.
-No me importa lo que pienses.
-A mi si. Elyon... Te lo suplico. Tan solo quiero que vengas un tiempo... No es para siempre.
La chica de rizos suspiró.
-Dime qué es lo que tengo que hacer, qué es lo que tengo que decir para convencerte.- le pidió el rubio, ya harto de suplicar.
Ella se quedó callada durante un buen rato. Edward la miraba, expectante.
-Está bien. Iré.- le dijo la morena, con indiferencia.
La mirada dorada del chico demostraba ilusión, mas no quiso expresarlo.
-¿Lo dices en serio?- preguntó, intentando no parecer esperanzado.
Ella le miró a los ojos. Al chico le costó mantenerle la mirada. Los ojos azules que le observaban, tan hermosos y gélidos al mismo tiempo, le hacían sentirse extraño. La frialdad que la mirada de la chica infundía incluso le hacía estremecerse. Ella siempre había tenido aquella mirada. Pero Edward nunca se había parado a observarla con detenimiento. Sintió dos sentimientos demasiado diferentes. Los ojos de Elyon le atraían, pero a la misma vez eran hostiles.
-Lo digo completamente en serio.- afirmó ella.
-Está bien... Nos iremos mañana.- le dijo Edward. Ella asintió, podía pedir mas tiempo, pero no estaba por la labor de discutir.
-Saldré. No me esperes despierto.- le dijo Elyon, levantándose de la silla y saliendo de la cocina.
-¿A dónde vas?
-A despedirme.
Con esa respuesta tan contundente, el rubio decidió dejarla marchar.
***

El reloj dio las 12 de la noche. Un chico rubio, de ojos dorados, que en ese momento transmitían preocupación, caminaba por el salón de la cabaña en la que se hospedaba, inquieto.
-Mierda, Elyon... ¿Dónde narices te has metido?- gruñó Edward. La había buscado por todo el maldito pueblo, pero no había conseguido encontrarla.
Estaba algo preocupado. No sabía si estaba bien o si le había pasado algo.
Entró a la habitación en la que dormía la morena, intentando encontrar alguna pista sobre dónde estaba. Tras unos minutos, gruñó al darse cuenta de que no había nada que le ayudase. Se apoyó en el alféizar de la ventana y miró el paisaje. Allí en la lejanía, iluminada por la luz de la luna, al final del prado, donde éste se convertía en bosque, estaba arrodillada en la verde hierba oscurecida por la falta de iluminación, la chica por la cual se había preocupado durante horas.
El rubio salió a buscarla. Tardó un par de minutos en llegar. Ella, desplomada en el suelo, miraba a un punto fijo en el pasto, justo delante de ella.
-¿E-Elyon...?- susurró, pero ella no se giró a mirarle. Su largo y negro cabello ocultaba la expresión de su cara. El chico intentó acercarse, pero vio un pequeño marco con una foto en su interior. Aquello era lo que estaba mirando.
Dio dos pasos hacia la chica, pero ella le detuvo con un gesto.
-Cuidado. La vas a pisar.- escuchó que murmuraba la chica. Edward se horrorizó al darse cuenta de que estaba a punto de pisar... Una tumba. ¿Pero qué narices...?


5 comentarios:

  1. Nuuuuuuuun COMMMMENTANDO.
    Ya he corrid... digo... terminado el capítulo.
    ¿Qué tiene esa mujer para que no le guste ese... pedazo de mozo?
    Sabes que me encanta tu fic y que ahora mismo debería estar estudiando <3
    P.D.: Ya estoy empezando a pensar en Evee Sapphire y su historia. Y te vas a cagar cuando la descubras.
    Te quiere desde las sombras y también en la luz, YOP :D
    Matta Ne~
    Nun

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    1. NUUUUUUUN! GRASIAH POR COMENTAR! Bueno... Te he coaccionado para que lo hagas pero... LALALALALALA

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    2. He vuelto. Mi batería quiere que lea y por eso aguanta como una campeona (Creo que voy a encajarle un enchufe al movil). Yo creo que a Elyon SÍ le gusta Edward, lo que pasa es que todavía no se ha dado cuenta de sus sentimientos ^^

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    3. A ver, ella no quiere que le guste pero le va a acabar gustando. Sé lo que es eso ewe

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